Sin duda esta parte fue cuando más satisfacción se hayó para la pieza, el recibimiento de los pasantes para el conejo fue sensacional, aquí fue cuando realmente surgió ese atractivo misterioso del conejo para la gente, las chicas le chiflaban, los niños le reían y querían acercarse, los señores y las señoras le preguntaban que qué era, le dijeron que era una hormiga, un diablo, una cabra, solo cuando se sabía su "conejidad" le comparaban con Juan carlos Bodoque del excelente 31 minutos.
Se desabordó el metro en Bellas Artes, pasando por la calle de Tacuba hasta el Zócalo, donde había un concierto de Hiphop, después de eso, el conejo se fue de ahí a su siguiente destino.
domingo
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